sábado, 12 de diciembre de 2015

LAS TABLAS DE DAIMIEL: INTRO


La mágica naturaleza emplea pócimas de las que surgen las más extraordinarias y hermosas creaciones. En el “Acuífero Manchego”, una gran masa de agua subterránea que se encuentra en el interior de Ciudad Real, nacen un río dulce, "El Guadiana" y un río salado “El Cigüela", al que se les suma numerosos arroyos.

La abundancia hídrica provoca el desbordamiento de los ríos formando un rico humedal, dulce y salado: LAS TABLAS DE DAIMIEL, un paraje fluvial único en la península ¡Para todos los gustos!


Entre las poblaciones de Daimiel y Villanueva de los Ojos, es el último representante de este ecosistema. Sobre un terreno llano, pasear sobre sus pasarelas de madera y contemplar el vuelo de las garzas, en grupo, es todo un placer.


Las Tablas o Tablazos son densas parcelas de agua cercadas por una planta herbácea que se llama “Masiega”, aquí se dibuja el masiegar más extenso de Europa.



Su fondo está compuesto por densas praderas de algas, que en la región se las conocen como “ovas”, fuente de alimentación de numerosas aves acuáticas que encuentran el lugar idóneo para anidar: patos colorados, fochas comunes y un sinfín de “pajaritos”.

A su vez, es el área de descanso de infinidad de aves que aprovechan este oasis para hacer una parada en su viaje a tierras más cálidas, aunque muchas, procedentes del norte y el centro de Europa, directamente pasan aquí el invierno, un refugio mucho más templado, algo así como los alemanes en Mallorca jjjj.


Hábitat idóneo de especies tanto vegetales como animales, además de poder contemplar aves en cualquier época del año, también hay numerosos peces, mamíferos como la nutria y reptiles; además de “masiega”, hay mimbre donde la sal está menos presente y donde sí lo está hay “Tarays”:


El Taray (tamarix canariensis) es el árbol más emblemático del parque, de figura caprichosa, se retuerce, hace un arco, crece en vertical, horizontal; sus raíces se dejan ver, son superficiales, lo que las deja soportar tanto inundaciones como la salinidad del suelo, sus hojas son como agujas verdes, por su apariencia y color parecen perennes, pero son caducas y su afloración se ocasiona dos veces al año: en primavera y en otoño. Hay varios bosquetes y en algunos sitios como “La Isla del Pan” se puede disfrutar de un tarayes fantástico.

La existencia del hombre en “Las Tablas” se remonta a la noche de los tiempos, conservándose dentro de su perímetro vestigios arqueológicos que datan de la Edad de Bronce. La caza ha sido una actividad que también se ha practicado largo y tendido y durante muchos años, aprovechando su rica y variada fauna, a través del “libro de caza” del siglo XIV ya se tiene noticias de esta práctica que se desarrolló hasta Paquito.

La muestra más reciente de vida es bien avanzado el siglo XX, las casillas de pescadores que habían en las islas y en las orillas del humedal, dedicados a la pesca, a coger cangrejos y recolectar fibras vegetales, crearon una singular cultura, cuya máxima era el respeto al medio ambiente.

Un patrimonio biológico que ha estado en peligro en numerosas ocasiones, al punto de la desecación de los estanques por el intento de canalización de los ríos y la cantidad de regadíos que había en su entorno casi dejan seco el acuífero manchego. Con la protección dada a partir de 1973 como Parque Nacional y años más tarde, como Reserva de la biosfera, no fue suficiente, se seguían sobreexplotando los recursos hídricos, hasta que en el 2009 el organismo encargado de Parques Nacionales adquirió los terrenos de alrededor, ampliándose la demarcación del parque. Solo hubo de esperar el primer año lluvioso, a la mágica naturaleza sin más, para verlas en todo su esplendor, como lucen en la actualidad ¡Brillantes!

Muy cerca de aquí está ALMAGRO y es una buena alternativa para redondear el día.


Su nombre es de procedencia musulmana “al-magra”, arcilla roja, haciendo honor al color de la tierra donde se establece, famoso es su conjunto arquitectónico: su Plaza Mayor y las casas solariegas de la villa, más famoso aún su Corral de Comedias, el único ejemplo vivo que conserva en su totalidad la estructura original de los teatros del siglo XVII y como no, sus berenjenas.

martes, 1 de diciembre de 2015

EL RÍO NARCEA: DE CORIAS A HERMO, SUS PRIMEROS PASOS


"Asturias si yo pudiera,
si yo supiera cantarte,
Asturias verde de montes
y negra de minerales"

Asturias un lugar tocado por la varita de Gaia de los más mágicos de La Península ¡La ventana al paraíso!


Cuenta con un parque nacional, varios parques naturales, algún paisaje protegido, incluso, dos reservas naturales parciales y una integral: MUNIELLOS, el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa.

Mirador de Muniellos

Este vuelo otoñal sigue la senda del río Narcea, tras el murmullo constante de su corriente cristalina, desde el Monasterio de San Juan el Bautista de Corias a su nacimiento. Una pizca de interior del occidente asturiano, su secreto, su cara menos conocida y la más amable.

Monasterio de San Juan Bautista-Corias

Por su singular orografía es el hábitat idóneo de numerosas especies tanto animales como vegetales. Escondite del oso pardo o donde escuchar el canto del urugallo que sobrevive en la cornisa cantábrica al cobijo de la gran montaña.


Un enclave de corazón horadado y alma de carbón que mira con nostalgia su esplendor minero. Su idioma es el bable pero ¡Qué bable! Una curiosidad es que los pueblos que visitamos cada uno habla con un deje propio y algún vocablo también.


La viva estampa de los anuncios de leche, ese pintoresco paisaje, los pueblitos que salpican las laderas, las brañas, los hórreos, alguna casa azul del mismo tono que “la Asturina”, rodeados de verdes prados y por supuesto las vacas pastando.


Donde la naturaleza muestra su generosidad creando densos bosques caducifolios al paso del líquido elemento. En noviembre, una alfombra de hojas marca el camino a seguir por la abundante vegetación.

Caprichosos se encaraman los líquenes a las ramas de los árboles y los helechos, siempre verdes rezuman frescura. Las hayas y los robles con los primeros fríos se visten de rojo mostrando el horizonte como una paleta de colores, verdes, azules y ocres ¡Todos los ocres!


Origen de diversas leyendas astures, morada de las hadas de las aguas o xanas, mujeres menudas de extraordinaria belleza que cantan en la orilla de los ríos a la par que peinan su larga melena rubia, su melodía hechiza a todo aquel que la escucha y queda unido por siempre a esta tierra.


El monasterio prerrománico de Hermo da nombre a todo su entorno, tanto a la pedanía que se estableció a su amparo como al bosque de alrededor. Desde aquí parte la vereda que conduce a las Fuentes del Narcea, su nacimiento y hasta aquí puedo contar, porque no pude subir por un problema de lindes.


Aunque de las fechas concretas no me acuerdo bien, me pueden bailar en mi hueca cabeza, sí me quedé con la esencia de un conflicto que lleva coleando “muchisísimos” años y que afecta a todos, los que viven allí y los que vamos a visitarlos.

En Asturias la mayoría de los terrenos tienen dueño, son privados y debido a la migración muchos de ellos ni siquiera se saben de quien son, lo que no quiere decir que sean públicos.

Ante la duda de que camino coger para ir al nacedero pregunté a una lugareña que me dio largas, raro, pues las gentes de estos lugares son cordiales, campechanas y tras varios dimes y diretes, entre los que ella insistía que yo había oído palabras “chigres” (traducido palabras de bar, sin valor) bajó y me puso al día, así que a falta de las Fuentes del Narcea pongo la historia que me contó, que pese a que me fastidió lleva bastante razón.

Muniellos pertenecía a los Condes de Toreno y fue comprado por el Estado para mantenerlo tal cual, siendo, como he dicho al principio, una reserva de la biosfera protegida, donde solo pueden entrar 20 personas al día. En aquella época, también intentó comprar el vecino bosque de Hermo, su extenso y autóctono hayedo, en este caso el fin era bien distinto, querían repoblar con pino y abeto.

Bosque de Hermo

Los numerosos propietarios aceptaron salvo una señora, la que vive en las tierras de arriba del pueblo que allá por “1952” denunció al estado y quedó todo parado, este proceso se resolvió a principio de los 70, unos veinte añitos, y da la razón a la mujer.

Ya en democracia, el Principado de Asturias lo incluye en su catálogo de montes públicos, a lo que no sé si la señora o bien su hijo, ni cortos ni perezosos… Otra vez se repite, la sentencia da la razón a los dueños y tienen que excluir estás parcelas del inventario, todo esto se determina bien entrado el siglo XXI.

Para llegar al nacimiento del río hay que cruzar sus tierras, no porque esto debiese ser así, sino porque el camino real que une Hermo con Caboalles (León) está derruido, intransitable.

Y aquí la disputa, los vecinos piden al Principado que arregle el camino real a lo que responden que para qué, si se puede ir a las fuentes por la parcela privada de arriba y como es de entender, el hijo no está por la labor, el legado de su madre, que gracias a ella heredamos todos uno de los mayores hayedos de España.

La paisana me insistía en que ella me decía como colarme en Muniellos, a ver si era capaz, porque aparece el guardia y es como la San Miguel ¡Dónde va triunfa! (literal), porqué aquí sí pretendo invadir una propiedad privada. He de decir, que al final hasta nos caímos bien, incluso se ofreció a acompañarme, así que lo dejo pendiente para otra vez.